La semana pasada Ben Larg, un surfista de 16 años de Tiree, se convirtió en la persona más joven en surfear las olas gigantes que rompen en Nazaré en la costa oeste de Portugal, a unos 100kms al norte de Lisboa.
Nazaré es el hogar de las olas más grandes del planeta. Algunas son enormes y en 2017 un brasileño, Rodrigo Koxa, reclamó el récord mundial surfeando una ola de 80 pies allí. Eso equivale a un edificio de 8 pisos de altura. Algún día alguien conquistará una ola de 30 metros y será en Nazaré.
La razón por la que Nazaré tiene olas tan grandes es debida a un vasto cañón submarino que se extiende unos 140 millas en el océano hasta la playa donde se detiene abruptamente. En algunos puntos hay profundidades de más de 3 millas de, 3 veces la profundidad del Gran Cañón.
La mayoría de los surfistas que intentan estas olas son profesionales, como Ben Larg, y hay muchos procedimientos de seguridad implementadas en el lugar, pero aun así es sorprendente que nadie haya muerto hasta la fecha, aunque algunos han resultado gravemente heridos.
Hay muchos videos de estas olas en línea que son fascinantes, pero al mirarlos me pregunto: ¿por qué uno haría eso?
