A menudo paseo a mis peros en la Reserva Natural de Kinneil, Bo’ness a través de la cual corre la línea de Ferrocarril Herencia de Bo’ness y Kinneil, de propiedad privada. Esta semana el aparcamiento había un grupo de hombres todos con chaquetas Hi-Vis y una furgoneta llena de equipo electrónico. Me dijeron que iban a controlar la salida electrónica de un tren experimental de celdas de hidrógeno para comprobar que no interfería con el equipo de señalización electrónica.
Todo muy emocionante y esperaba ver este súper tren en acción pasando como un rayo a cientos de millas por hora, pero eso no sucedió. En cambio, un tren de viejo estilo convertido en tren eléctrico pasó susurrando a 10 millas por hora siendo el más rápido que se permite correr en esta línea. Al preguntarle al Señor Google encuentro que el Gobierno Escocés ha estado ejecutando este proyecto durante algunos años para proporcionar una alternativa verde a los trenes con motor diésel para líneas que no pueden ser electrificadas. La intención es demostrar la viabilidad de la conversión de trenes existentes de diésel a celda de combustible eléctrica y retirar todos los trenes de pasajeros diésel del servicio para 2035.
Hay proyectos similares en ejecución en la Unión Europea, China, Japón y los Estados Unidos
