El año pasado os hablé de mis planes para viajar en canoa a lo largo del Great Glen. Imaginé que remaría suavemente en las tranquilas aguas de las Tierras Altas, relajándome y disfrutando del hermoso paisaje.
Sin embargo, cuando llegué a Fort William el lunes pasado por la mañana, el paisaje estaba oscurecido por nubes bajas y el viento soplaba a más de 25 millas por hora.
A las nueve de la primera mañana conocí a mis tres compañeros de viaje: un médico jubilado (que había recorrido en canoa el río Spey la semana anterior) y nuestros dos guías.
El primer gran desafío fue Loch Lochy, donde las olas eran grandes, con cimas blancas. Atamos las canoas juntas para mejorar la estabilidad y la seguridad. Sin embargo, al final del día 1, habíamos recorrido casi el 30 % de la longitud del canal y acampamos en Laggan Locks.
Pasamos los siguientes 3 días en Loch Oich antes de llegar a Fort Augustus, donde los guías concluyeron que el Lago Ness era demasiado peligroso y que deberíamos regresar a Fort William y pasar el viernes viajando en canoa por el mar.
La semana fue una experiencia interesante. ¡Ciertamente tengo una mayor apreciación de un colchón cómodo, un hervidor eléctrico, y los servicios con descarga de agua!
