El Día Mundial del Sueño tiene como objetivo reunir a las personas, ya sean personas comunes o profesionales de la salud, para discutir los problemas del sueño, ayudar a encontrar soluciones y prevenir problemas de sueño para quienes aún no los tienen.
El proceso de higiene del sueño permite que el cerebro y el cuerpo se tranquilicen y se preparen para una buena noche de sueño. Esto incluye hábitos saludables y rutinas de relajación. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudar en la transición:
• Una hora fija para dormir y despertar: los ritmos circadianos del cuerpo trabajan mejor cuando la hora de dormir y despertar es la misma cada día
• Ejercicio: las personas que no realizan suficiente actividad física durante el día pueden tener dificultades para dormir por la noche, así que asegúrese de dar una caminata rápida o practicar otro tipo de ejercicios cardiovasculares varias horas antes de acostarse.
• Reduzca el consumo de cafeína: como estimulante, la cafeína puede activar la mente y el cuerpo, por lo que es mejor evitar el café, el té u otras bebidas con cafeína al menos 6 horas antes de acostarse.
• Temperatura ambiente: mantenga el dormitorio entre 60- y 67-grados F o 16-19 grados C
• Dedique 30 minutos a la rutina antes de acostarse: en lugar de esperar para quedarse dormido de inmediato, calcule media hora para relajarse con música suave, estiramientos ligeros o leyendo un libro aburrido.
• Prepare el escenario, atenúe las luces: dígale al cerebro que es hora de dormir bajando las luces
• Desenchufe: al menos 60 minutos antes de acostarse, apague la computadora, la televisión, el teléfono inteligente u otros dispositivos ya que las luces azules pueden interferir con los buenos ritmos de sueño.
• Practique la meditación: las prácticas de respiración profunda y atención plena antes de acostarse pueden ayudar al cerebro a liberar el estrés del día, lo que prepara el escenario para dormir mejor.