Con menos de 100 días para que los reprogramados Juegos empiecen, se ha puesto nuevamente en duda la apertura de Tokio 2020.
Tokio ha sido puesta en estado de emergencia en medio del aumento de las infecciones por coronavirus. Las encuestas indican que el 80% de la gente en Japón quiere que los Juegos se cancelen o retrasen. También se han planteado preocupaciones sobre la lenta campaña de vacunación de Japón.
Sin embargo, los organizadores han hablado repetidamente de su determinación de seguir adelante con los preparativos. Las consideraciones financieras de cancelar los Juegos son enormes. Tokio ya se perfilaba como la más cara de la historia, y los costos han aumentado en más de 2 billones de libras esterlinas.
Otro problema importante con las interrupciones continuas del coronavirus es que sólo alrededor de la mitad de los atletas se han clasificado para competir. Esto podría significar el uso poco común de actuaciones históricas y esperar a que el Comité Olímpico Internacional apruebe exenciones si a los atletas se les ha negado una oportunidad justa para alcanzar los estándares de clasificación.
Si los Juegos siguen adelante, podemos esperar muchas diferencias. Sólo 6,000 atletas asistirán a la ceremonia de apertura en lugar de 11,000 de 200 naciones. Los atletas deben limitar severamente sus movimientos, contacto con otros atletas, y usar máscaras faciales excepto cuando están en competición. Las habitaciones y los espacios interiores se ventilarán cada 30 minutos. No se permitirá la asistencia de espectadores extranjeros.
Sólo el tiempo dirá si los Juegos siguen adelante, mientras tanto los atletas deben seguir entrenando duro asumiendo que competirán.
