Escondido en las colinas sobre Falkirk, con vistas espectaculares sobre el valle de Forth se encuentra el pueblo poco conocido y llamado California. Un pequeño pueblo con un gran pasado. Fue de allí que un grupo de familias partió, a fines del siglo XVI, a buscar una vida nueva en las recién descubiertas Américas, sin saber que llevarían consigo el nombre de su pueblo al Estado que se convertiría en el más poblado y rico de los Estados Unidos. Pero las coincidencias no terminan ahí.
Nuestra California tiene un microclima que la convierte en uno de los lugares más soleados de Escocia, lo que permite a los agricultores locales cultivar naranjas y melocotones casi todo el año, y además de tener un lago “el Black Loch” con playas de arenas y con aguas azules brillantes, y por si esto no fuera suficiente, nuestra California disfruta de la reputación de ser el centro de deportes acuáticos más popular en el centro de Escocia.
Desafortunadamente, la única cosa en la que los locales no puede competir, con sus primos estadounidenses, es en la galaxia de estrellas que Hollywood ofrece, pero entiendo que hay una noche de talentos el tercer miércoles de cada mes en el ¡Greyrigg Inn!
