Cuando llegué a casa el sábado por la tarde, mi vecino se me acercó y me preguntó: "¿Puedes sacar al gato de tu balcón?" Me sentí confundido por su inusual petición. Me explicó que su gato, al que yo nunca había visto antes, había caminado por una cornisa estrecha, muy alto del suelo, desde su balcón hasta el nuestro y se había negado a volver.
Invité a mi vecino a entrar a la casa para rescatar a su gato, pero me dijo que estaba bien si yo se lo llevaba. Afortunadamente, pude abrir la ventana para rescatar al gato y él saltó felizmente al dormitorio. La mala noticia es que inmediatamente corrió debajo de la cama y se negó a salir.
Llamé a mi vecino para que sacara al gato de debajo de la cama, pero el gato también se negó a moverse aun por mi vecino. Después de unos 10 minutos, mi vecino pudo sacar a su gato de debajo de la cama.
Lo vergonzoso fue que el gato ahora estaba cubierto de polvo después de estar debajo de la cama. ¡Creo que necesito ocuparme con mi plumero y hacer una limpieza de primavera!
