Hace muchos años nos visitó una familia de hadas que de repente aparecieron con su casa en nuestro jardín. Después de unos años otra familia se les unió y ellos ahora se les han unido otros amigos y familias y entonces ahora tenemos un pueblo de hadas de cinco casas con otra familia de hadas viviendo en un haya.
Las hadas me ayudan en el jardín rastrillando las hojas y regando las plantas cuando estamos de vacaciones y a cambio nosotros mantenemos sus casas y lavamos las ventanas.
Nunca vemos las hadas pero sabemos que están ahí porque las luces, en las casas, están encendidas por la noche. Cuando las luces no están encendidas sabemos que están lejos de vacaciones.
Nuestro perro Murphy es su amigo y las visita por la noche y podemos escucharlo hablar con ellas pero nunca podemos escuchar lo que ellas le dicen a él.
Tenemos mucha suerte de tener las hadas viviendo en nuestro jardín y esperamos que un día (o una noche) vengan a saludar a nosotros y a nuestras nietas también.